El Centro de Fabricación Avanzada (CFA) de Cádiz ha comenzado su andadura con fuerza y ambición. Para conocer mejor los retos y la visión de este nuevo proyecto, hemos conversado con Isaac Pérez, su director, quien compartió con nosotros las claves que marcan el rumbo de este innovador centro.
Pérez explicó que lo que le motivó a asumir la dirección del CFA fue, sobre todo, la posibilidad de crear y desarrollar un proyecto “que transforme el futuro de sectores industriales clave, como aeronáutica, naval, energías renovables o biomedicina”. También señaló que el centro nace con un “reto apasionante” y la convicción de que se convertirá en un éxito por su capacidad de aportar valor a la industria.
En cuanto a la misión del CFA, subrayó que su propósito es ser un espacio al servicio de la industria, en el que se desarrollen proyectos de innovación que permitan mejorar productos y servicios, incrementando al mismo tiempo la productividad de las empresas. “La clave de su singularidad está en haber surgido de la mano de la propia industria, identificando desde el inicio los retos tecnológicos de futuro y dotándose del equipamiento y del personal necesarios para afrontarlos”, explica.
Inversión inicial de 18 millones de euros
El proyecto cuenta con una inversión inicial de más de 18 millones de euros procedentes de la Junta de Andalucía y de fondos FEDER. “Gracias a este apoyo, el CFA puede ofrecer a las empresas recursos tecnológicos que de otra manera serían inaccesibles, al tiempo que se abre a nuevas vías de financiación pública para garantizar su sostenibilidad a largo plazo”, comenta.
El centro se articula en torno a cuatro áreas prioritarias: fabricación aditiva, robótica, metrología y digitalización, y drones. Pérez recalcó que el impacto de cada una dependerá del sector. “En la aeronáutica, por ejemplo, la robótica y la impresión 3D son esenciales para afrontar el incremento de la producción y la reducción de peso en los diseños; en la industria naval y la construcción, la productividad y la digitalización son claves; mientras que en la biomédica, la impresión 3D promete abrir nuevas posibilidades”, subraya.
Aunque acaba de abrir sus puertas, el CFA ya cuenta con proyectos en marcha. Empresas de los sectores aeronáutico, naval, de energías renovables, construcción y medicina han mostrado gran interés y han comenzado a colaborar. “Los primeros encargos incluyen nuevos diseños con impresión 3D, procesos de robotización y aplicaciones biomédicas de alto valor”, dice.
Respecto al impacto en la provincia, Pérez se mostró convencido de que en los próximos tres a cinco años el CFA contribuirá directamente a la creación de empleo cualificado, al desarrollo de productos de mayor valor añadido y a la mejora de la competitividad de las empresas locales. “Además, su papel en la formación y la inspiración de nuevas generaciones, que podrán acercarse al centro desde escuelas, universidades y centros de formación profesional será esencial”.
Sobre los retos que afronta el CFA en esta etapa inicial, reconoció que el principal desafío será abordar problemas tecnológicos nunca antes resueltos, “pero también es una oportunidad para que las empresas obtengan ventajas competitivas. En este sentido, las alianzas con empresas e instituciones ya están garantizadas, lo que permite centrarse en la innovación”.
De cara al futuro, Pérez imaginó un CFA que dentro de una década sea referente por haber impulsado el crecimiento empresarial, mejorado los tratamientos médicos y despertado vocaciones en los jóvenes. “Me gustaría que muchos puedan decir que se formaron inspirados por lo que vieron en el CFA”, afirmó, convencido de que la tecnología puede ser motor de transformación para Cádiz y para toda la sociedad.
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